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El sillín

La distribución de nuestro peso sobre la bici es lo que definirá qué tan cómodos y ágiles iremos, y esto es en tres puntos, el manubrio, los pedales y el sillín.

El ajuste de un sillín está determinado por la forma de la parte superior y su ancho. El ancho del sillín que necesitas depende del espacio entre los isquiones y de la posición erguida en la que te sientes, mientras que la forma correcta del sillín está determinada por los detalles de la forma de tu cuerpo. Algunas personas se llevan mejor con sillines planos, otras con formas hundidas, etc…

Debido a que andar en bicicleta ejerce presión sobre los tejidos blandos de los genitales, las mujeres generalmente necesitan sillines diferentes a los de los hombres, con una forma que reduzca la carga en las áreas sensibles.

Varían tanto en sus formas como en sus materiales, los hay de cuero, resina, carbono e, incluso, impresos en 3D, con rieles de cromo, aluminio y titanio.

El sillín es fundamental para el disfrute de todas nuestras salidas, y saber cual es que nos corresponde no tiene que ser un dolor de cabeza, puede que no sea la tarea más simple, pero podemos concluir lo que nos conviene siguiendo unos simples pasos, y definiendo si somos mujeres u hombres, ya que las mujeres tienen más complicaciones en este ítem.

En casi todas las tiendas de bici existen unos sillones en los cuales nos podemos sentar y se marcarán nuestros isquiones, lo que se ve representado en una distancia en milímetros, que varían si somos mujeres o si somos hombres, por lo general las mujeres tienen las caderas más anchas que los hombres, por lo tanto la distancia entre los isquiones será mayor, eso da como resultado la necesidad de un sillín más ancho.

La altura del sillín también es un tema al cual tenemos que ponerle mucha atención, existen varias teorías que nos enseñan y explican cómo ajustar la altura del sillín.

La combinación perfecta para lograr el mejor ajuste es definir, primero, qué tipo de salidas estamos haciendo, nuestra fisiología y nuestra flexibilidad, la fuerza que ejercemos al centro, nuestro ancho y la distribución de los tejidos blandos.

Los podemos categorizar de la siguiente manera:

Ciclismo recreativo: Si te sientas erguido mientras pedaleas en una bicicleta de crucero, urbana o urbana y prefieres paseos cortos, prueba un sillín diseñado para ciclismo recreativo. Los sillines suelen ser anchos con acolchado de felpa y/o resortes y, a veces, lucen una nariz corta.

Ciclismo de ruta: ¿Estás compitiendo o cronometrando kilómetros? Los sillines de ciclismo de carretera tienden a ser largos y estrechos y tienen un acolchado mínimo para una mejor transferencia de potencia al pedalear.

Ciclismo de montaña: En los senderos de montaña, alternativamente te paras sobre los pedales, te posas hacia atrás (a veces simplemente flotando sobre el sillín o incluso fuera de él) o te agachas en una posición encogida. Debido a estas posiciones variadas, querrás un sillín específico para la montaña con acolchado para los isquiotibiales, una cubierta duradera y una forma aerodinámica que te ayude a moverte.

Cicloturismo: Para montar largas distancias, querrás un sillín que se encuentre entre un sillín de carretera y uno de montaña. Los sillines para cicloturismo generalmente brindan amortiguación para los isquiotibiales y una nariz bastante larga y estrecha.

Desplazamientos en bicicleta (al trabajo, estudios, etcétera): Al igual que los sillines para ciclismo de ruta y cicloturismo, los sillines que son buenos para los desplazamientos tienen algo de acolchado, pero generalmente no demasiado. Los ciclistas que andan en bicicleta con lluvia o sol pueden querer considerar la resistencia a la intemperie de los materiales de la cubierta.

Por @rrodo.cc

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